No hace ni quince días de las
inundaciones del pasado fin de semana en el sureste español y ya casi nadie se
acuerda. Como con esto de escribir en el blog, al menos yo me estoy
concienciando sobre la importancia de la agricultura y la ganadería, y me
parece que esta catástrofe no podía pasar de largo así por las buenas. Como
además supone una ocasión para descubrir como funcionan los seguros agrarios;
pues voy a dedicarle una entrada.
Una comarca especialmente afectada por
las inundaciones ha sido el Valle del Guadalentín, donde se encuentran los
municipios de Puerto Lumbreras y Lorca. La agricultura y la ganadería tienen un
importante papel en la zona – producción de diversas hortalizas y de uva de
mesa, así como granjas de cerdos, ovejas, cabras y cebaderos de terneros -
hasta el punto de constituir un salvavidas económico tras el terremoto ocurrido
hace poco más de un año.
Según las estimaciones provisionales de
daños, más de 9.000 hectáreas han quedado inundadas, lo cual ha afectado a cientos
de explotaciones ganaderas, los caminos y carreteras que las comunican, las redes
de suministro de agua potable y de riego, y también de suministro eléctrico. Según
el alcalde de Lorca, la peor parte se la ha llevado el campo ya que, además cosechas
y animales, se han perdido instalaciones, infraestructuras de riego y
maquinaria las cuales suponen una inversión muy importante en cualquier
explotación agrícola y ganadera. La retirada de miles de toneladas de animales
muertos (directamente ya ni se contaban por cabezas) que formaban parte de la importante
cabaña ganadera de la zona, ha supuesto otro problema añadido y urgente para
evitar problemas de salud publica.
Parece que se va a poder disponer de un “dinerete”
a cargo del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (FSUE), creado en 2002
para prestar ayuda financiera a los Estados que han sufrido grandes catástrofes
naturales. Se supone que llegará a la C.A. de Murcia y allí se utilizará para la
reconstrucción de servicios e infraestructuras públicas que hayan quedado
afectadas. Pero los agricultores y ganaderos, no dejan de ser empresarios y su
explotación es su negocio, al que tienen que proteger porque de él depende su
subsistencia.
Los
seguros, una herramienta indispensable
En general, para este tipo de catástrofes
climáticas frente a las cuales el agricultor y el ganadero poco pueden hacer,
se crearon los Seguros Agrarios. La Península Ibérica está sometida a factores
meteorológicos de una variabilidad extrema y quien más o quien menos recuerda
sequías, a veces de más de un año, inundaciones; heladas, pedriscos, olas de
calor, etc: alteraciones del clima que
pueden echar por tierra el esfuerzo de todo un año de trabajo.
España tiene, desde su creación en 1978,
el sistema de seguros agrarios combinados mejor diseñado y con mejor desarrollo
de los países de nuestro entorno. Se trata de un sistema mixto que aúna el
interés privado y el público, creando un sistema de protección universal que
permite asegurar casi todos los cultivos frente a casi todos los riesgos.
No solo se combate el clima con seguros. Las infraestructuras hidraulicas contribuyen a disminuir el peligro de las crecidas. Así iba el canal del Reguerón el 29 de septiembre. Fuente Jayzaran |
Una aseguradora privada, en defensa de
sus intereses, solo atendería a clientes de bajo riesgo o a riesgos muy
específicos, de cuya incidencia tenga una amplia información y experiencia. El
Estado, buscando el bien común de los productores busca proteger a todos de
todo, algo no siempre es rentable ya que hay mucha diferencias entre cultivos y
regiones o que, en caso de aplicarse encarecería mucho la póliza al asegurado.
Así, combinando la iniciativa privada con la pública se consigue universalizar
la protección pero repartiendo el riesgo para que el sistema sea solvente
económicamente hablando. La iniciativa privada la representa Agroseguro, que
une las entidades aseguradoras encargadas de gestionar los seguros agrarios con
los agricultores y son los que ofrecen las distintas líneas de seguro. La iniciativa
pública la representan ENESA (Entidad Estatal de Seguros Agrarios) y las Comunidades
Autónomas, que ponen de su parte recursos técnicos y económicos para compensar
la parte que a las entidades privadas no les trae a cuenta asegurar. En otras
palabras, la que le da agricultor una “ayudita” económica (que puede ser de
hasta el 50 %) para que se anime a contratar un seguro.
Las explotaciones ganaderas también se aseguran, principalmente frente a la pérdida de animales por determinadas enfermedades. Fuente: Jesus López |
Para hacernos una idea, vamos a imaginarnos
un paisano con una granja de vacas de leche, que además cultiva su propio forraje, que
va a informarse a una sucursal de una aseguradora (aunque también los
sindicatos y las asociaciones profesionales gestionan seguros colectivos, pero
para simplificar…)
Paisano: Buenas,
quiero asegurar a mis vacas.
Asegurador (o
tomador, que es su nombre técnico): Estupendo, ¿Dónde tiene usted la granja?
P: En
Villatempujo de Arriba, ¿por qué?
T: Pufff,
tiene un historial de sequías y olas de calor importante…y ya sabe usted lo mal
que lo pasan esos bichos con el calor. Y ¿qué es lo que siembra?
P: Maíz y
alfalfa, es que tengo el pantano de las Borreguillas cerca.
T: Y sus
vacas, ¿son de alta genética?.
P: Pues bueno,
lo normal. Unos 30 litros diarios…
Tras unas cuantas preguntas más y hacer
sus comprobaciones en el ordenador el tomador le dice al paisano:
T: Pues según
lo que me ha contado, mi entidad solo le podría asegurar a buen precio las
ubres de sus vacas y la producción de alfalfa. Asegurarlo todo le saldría por
mil euros (precio hipotético, como toda la conversación).
P: ¡¡ pero si
yo quiero asegurar a las vacas enteras !! ¿y que pasa con el maíz?. Habráse
visto…
T: No se
preocupe usted, que para eso están las subvenciones (aquí es donde entran ENESA
y las Comunidades Autónomas) y así le sale a usted la póliza a muy buen precio.
A ver, está la subvención base, la de joven agricultor va a ser que no, ¿le
interesa a usted una póliza multicultivo? Con eso tiene un 2% de subvención…
P: ¿Y esa que
cubre?
T: Es la
tradicional. Con ella se asegura una producción determinada. También está la de
explotación…
P: Pufff, pues
si que es “complicao” esto.
Tras un buen
rato más de explicaciones y alguna que otra noche preguntándole a la almohada,
al final nuestro paisano contrata una póliza que se ajustaba bastante a sus
necesidades por un precio asumible para la buena marcha de su granja.
¿Y por que cuento toda esta historia de
los seguros?, pues porque según los cálculos de COAG Murcia, el 99 % de lasexplotaciones agrícolas y ganaderas afectadas por las inundaciones no contabancon seguro agrario.
Al parecer las dos campañas anteriores fueron muy malas, por lo que ya estaban
tocados económicamente. Como además se eliminaron las subvenciones que daba la
CA de Murcia y las del Gobierno central redujeron su aportación, el coste de la
póliza era demasiado caro. Eso sin contar con que la zona del Guadalentín tiene
un alto riesgo de inundaciones, y eso no ayuda nada.
Efectos de la riada de 1973 en Puerto Lumbreras. Fuente. Ayto de Puerto Lumbreras. |
Así las cosas parece que muchos
agricultores y ganaderos decidieron arriesgarse y tirar para adelante "a
ver si no pasaba nada" y podían salvar el año. Pero parece que la
naturaleza les ha jugado otra mala pasada.
El seguro agrario ha constituido una
herramienta importantísima de apoyo a los agricultores y ganaderos en España, ya
que les protege frente a problemas o inclemencias del tiempo incontrolables.
Pero con la crisis tampoco está a salvo, pese a su importancia vital para la
supervivencia de un sector agrario que ya está bastante “tocado”.
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