domingo, 11 de noviembre de 2012


 1. FUNCIONES DE LAS CUBIERTAS VEGETALES
La función principal de las cubiertas es proteger el suelo de la degradación/ erosión a
que se ve sometido por el agua de la lluvia y el viento en el caso de estar desnudo
(desprovisto de vegetación). Además, son muy importantes las funciones que realizan
al actuar como una alternativa a las labores del suelo y como un medio de control de
las malas hierbas.
También podría añadirse el efecto de mejora del estado de fertilidad del suelo. Esto ocurre a medio-largo plazo en cualquier tipo de cubierta vegetal al aumentar el contenido de materia orgánica de la capa más superficial del suelo. En el olivar, como en otros cultivos arbóreos, las cubiertas se sitúan en la “calle” o espacio comprendido entre las hileras de árboles (ver foto derecha). Conforme cubra un mayor porcentaje de suelo mejor realizará sus funciones, exceptuando claro está el “ruedo” de los olivos o espacio por debajo de éstos. Dicha cubierta vegetal en el olivo requiere un manejo especifico.
 2. BENEFICIOS MEDIOAMBIENTALES DE LAS CUBIERTAS VEGETALES
El aspecto más positivo del establecimiento de las cubiertas vegetales en el olivar es
la reducción del laboreo del suelo por las no deseables implicaciones económicas y
medioambientales que este conlleva. A continuación se exponen algunos resultados
de trabajos de investigación y conclusiones relevantes del uso de cubiertas vegetales.
Conservación del suelo
El sistema convencional de labranza del olivar es realmente insostenible. A este
respecto basta recordar que tasas de pérdida de suelo de 20-40 toneladas por
hectárea y año son frecuentes en numerosas zonas olivareras, y que por otro lado la
capacidad de suelo de “regenerarse” es muy reducida (1-2 Tn/ ha y año).

La cubierta vegetal sobre la superficie del suelo reduce drásticamente la erosión; si
está bien establecida dicha reducción de la erosión puede ser superior al 90-95% en
comparación a la que se produce en el suelo labrado.
Materia orgánica y productividad potencial
Las labores destruyen los agregados de los suelos y liberan el anhídrido carbónico
(CO2) retenido en los mismos. Investigaciones llevadas a cabo recientemente
muestran que parte del CO2 del suelo, que representa aproximadamente la mitad de
su materia orgánica, se pierde pocas horas después de labrarse. Esta pérdida de CO2
afecta decisivamente a la capacidad productiva del suelo a medio y largo plazo.
Conforme los suelos se labran
año tras año su contenido de
materia orgánica decrece. Se
estima que en solo 10 años de
labranza se pierde el 30% de la
materia orgánica que
originalmente tenía el suelo. Se
puede afirmar categóricamente
que la mayoría de los suelos de
los olivares españoles después
de tantos años de labranza han
perdido aproximadamente el
50% de su contenido de materia orgánica original. Y es bien sabido que la calidad/
fertilidad natural del suelo depende en gran medida de su contenido de materia
orgánica. Por lo que en suelos empobrecidos en materia orgánica es necesario
proveer de altas dosis de fertilizante para alcanzar aceptables niveles de producción.
Se debe pues invertir el ciclo de muchos años de labranza y empobrecimiento de los
suelos. El mantenimiento de las cubiertas vegetales a largo plazo permitirá
reestablecer el perfil natural del suelo y aumentar su contenido de materia orgánica y
su capacidad productiva.
Aguas libres de contaminantes
Es muy importante el efecto inmediato de la cubierta vegetal sobre la calidad de las
aguas superficiales. En zonas agrícolas, los sedimentos son los contaminantes más
importantes de las aguas superficiales. A estos le siguen los nutrientes, patógenos,
materia orgánica, metales y pesticidas. Si se reduce la erosión y el consiguiente
arrastre de sedimentos, los otros contaminantes de las aguas que se transportan con
los sedimentos así mismo decrecen drásticamente. Así, en sistemas de no-labranza la
contaminación de las aguas por arrastre de herbicidas residuales y fertilizantes
nitrogenados y fosfóricos decrece consistentemente (> 65 - >85%; Fawcet, 1995;
Jordan & Hutcheon, 1997).
Las vías de comunicación, de riego y pantanos de zonas olivareras que actualmente
soportan altas tasas de erosión y consiguientes arrastres de lodo serán las
inmediatamente beneficiadas del establecimiento de las cubiertas vegetales.
La ausencia de laboreo del suelo y el establecimiento de cubiertas vegetales favorece
la retención del agua y reduce las pérdidas por escorrentía. En definitiva favorece la
infiltración del agua en el perfil del suelo y permite cuestionar en principio si también
en definitiva puede llegar a favorecer la lixiviación de nitratos y herbicidas hacia las
capas freáticas. No obstante, esto último no se considera realista a menos que las
capa freática esté muy superficial (< 2–3 m), lo que no ocurre en la gran mayoría de  olivares. Además, en el sistema de cubiertas vegetales se reduce la aplicación de
herbicidas residuales y se aplican predominantemente herbicidas de post-emergencia,
con escasa o nula actividad en el suelo.
Mayor biodiversidad
El laboreo del suelo crea un hábitat inadecuado para vivir y construir nidos para
muchas especies de aves y pequeños mamíferos. Por el contrario, los sistemas de
cultivo con alto nivel de residuos vegetales sobre el suelo suministran una fuente de
alimento y protección a muchas especies de pequeños mamíferos, aves y reptiles en
periodos críticos de su desarrollo. En términos generales, numerosos estudios
confirman que el rastrojo sobre el suelo favorece el aumento de especies de aves, su
capacidad de nidificación y la provisión de alimento en las primeras semanas de
desarrollo.
El laboreo también afecta negativamente a las poblaciones de insectos, lombrices y
microorganismos de suelo que suelen ser muy abundantes en suelos no laboreados
(ver recuadro). Es bien conocido el efecto beneficioso de las lombrices en la
movilización de agregados de suelo, formación de pequeñas galerías y en la mejora
de la capacidad de infiltración del agua.
El olivar en bancadas es menos efectivo en la reducción de la erosión que la cubierta
vegetal y de más difícil manejo. La realización de las bancadas es muy costosa, por lo
que este sistema que se aconsejó hace unas décadas ha dejado de usarse.
Poblaciones medias de
organismos en suelos
“vivos” (media/ ha)
Lombrices 1.000 kg
Miceobios Billones
Protozoos 150 kg
Algas 150 kg
Bacterias 1.700 kg
Hongos 2.700 kg
(Science 1995, 1118-25)
Lixiviación, un problema muy poco probable
Si los residuos de la cubierta favorecen la retención de agua y se reducen las pérdidas
por escorrentía también se incrementará la penetración del agua en el suelo. Este
aspecto, que en si favorece al olivar por su mayor disponibilidad de agua, podría por
otro lado preocupar dado que los nitratos y productos fitosanitarios podrían lixiviarse
(percolar) más fácilmente en el suelo. Sin embargo lo anterior solo sería un problema
real si el manto freático estuviera muy superficial, lo que no ocurre en la inmensa
mayoría de los olivares. Además, sobre la cubierta vegetal se aplican principalmente
herbicidas de postemergencia, con muy poca o nula actividad en el suelo, y por
consiguiente despreciable capacidad de lixiviación.

3. TIPOS DE CUBIERTAS Y SU MANEJO
Clasificación y características ideales
Hay muchos tipos de cubiertas vegetales. Si bien muy diferentes entre sí, cada una de
ellas puede cumplir al menos alguna de las funciones para las que originalmente han
sido diseñadas. En general las cubiertas vegetales permanentes y sin recibir manejo
alguno, se consideran que disminuyen las producciones y el vigor de los árboles y que
por consiguiente no son aconsejables. No obstante, pueden mejorar una serie de
propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos que ocupan.
Clasificación de la Cubiertas Vegetales
?? Por su origen y manejo
?? No sembrada
? ? Espontánea de malas hierbas (no seleccionada)
? ? Espontánea de malezas y seleccionada hacia gramíneas
?? Sembrada
? ? De gramíneas (cebada, ballico, bromo, otros)
? ? De leguminosas (vezas, altramuces, otras)
?? Por su duración
?? Temporales (invierno, ciclo anual).
?? Permanentes (céspedes).
?? Por su estado fisiológico
?? Vivas. (vegetales)
?? Inertes ó muertas (restos de podas, piedras)
?? Por el método de control ejercido sobre la cubierta
?? Segadas mecánicamente
?? Segadas químicamente con herbicidas
?? Controladas por pastoreo
Algunas características de la “Cubierta Ideal”*
?? Bajo desarrollo en altura
?? Rápido crecimiento
?? Desarrollo radicular superficial
?? Escasamente competitiva
?? Adaptada a la estación de lluvia
?? No ser hospedadora de insectos- plagas
?? De baja combustibilidad
?? Capacidad de captar/ movilizar nutrientes
?? Capaz de “autosembrarse”
* (según Jordan & Jordan, 1985, modificado)
3.1. Cubierta vegetal espontánea seleccionada hacia gramíneas
Para iniciar esta cubierta se deja emerger las malas hierbas de forma espontánea (sin
ningún tratamiento previo) normalmente a partir de septiembre (“otoñada”). Luego, una
vez emergidas las malezas y con un cierto desarrollo se controlan las especies
dicotiledóneas (de “hoja ancha”) mediante la aplicación de herbicidas “antidicotiledóneos”
Cubiertas Vegetales en Olivar – Asociación Española Agricultura de Conservación / Suelos Vivos
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(o sea herbicidas contra malezas de “hoja ancha” y por consiguiente selectivos de
gramíneas). De esa forma se favorece la selección de gramíneas. La fecha de aplicación
del tratamiento herbicida se toma en función del desarrollo de la cubierta (por ejemplo 10-
15 cm) y por consiguiente en fecha variable según la climatología de cada año y localidad
(Noviembre-Febrero).
Se recomienda el establecimiento de este tipo de cubierta en suelos que previamente se
hayan labrado durante años, en los que normalmente habrá un elevado “banco” de
semillas (rico en especies y con alta densidad de semilla). La cubierta de gramíneas
espontánea estará compuesta por especies tales como Ballico (Lolium spp), Bromo,
(Bromus spp), Cebadilla (Hordeum murinum), Vulpia spp, Poa annua, entre otras
muchas. En principio este tipo de cubiertas se establecerá algo más lentamente que las
sembradas, dependiendo de la cantidad inicial de plantas presentes.
Una vez desarrollada la cubierta (Oct.-Nov.) se realiza el abonado nitrogenado de la
misma, se recomiendan dosis de 50 UF de nitrógeno por hectárea de cubierta vegetal.
Una vez establecida la cubierta los tratamientos con herbicidas selectivos de gramíneas,
se tendrán que repetir siempre que aparezcan malas hierbas “difíciles de combatir” (por
ejemplo Malva, Lavatera) o cuando los rodales de otras malas hierbas sean elevados en
la cubierta. En el caso de que ocurra el establecimiento de especies de malas hierbas de
ciclos tardíos, será necesario controlar los rodales con herbicidas del tipo traslocación.
En este tipo de cubierta, la siega química, o tratamiento herbicida para interrumpir
(“matar”) el desarrollo del ciclo de la cubierta, no debe de realizarse en toda la superficie
de la misma, sino dejar una franja viva de anchura variable (desde 0,5 m) Dicha banda
“viva” no recibe tratamiento herbicida, y por consiguiente prosigue normalmente su ciclo,
y llega a formar y dispersar semillas. De esta forma se consigue la “autosiembra”, que
permitirá disponer de semillas para los años siguientes. Para conseguir esta banda de
“semillado” bastará con bloquear/ anular la boquilla (o boquillas) correspondientes en la
barra de aplicación del pulverizador de herbicidas.
La situación de la banda de semillado en la franja de cubierta puede variar su posición,
alternativamente en el centro o en uno de los laterales (derecho o izquierdo). Las semillas
producidas en un año, germinan gradualmente en los años siguientes (de 2 a 4 ó más
años, decreciendo su viabilidad/ poder germinativo con los años). Mediante esta técnica
de siega química parcial (en bandas alternativas) se asegura un banco de semillas de
gramíneas en toda la franja de cubierta sin necesidad de resembrar. Como norma
general, para el buen manejo de este tipo de las cubiertas, y en particular de ésta, se
necesitan conocimientos técnicos sobre malas hierbas y sobre herbicidas.
Cubiertas de gramíneas seleccionadas (no sembradas)
PUNTOS CLAVE
Crecimiento espontáneo de todas las malezas (“otoñada”)
Tratamientos selectivos contra ”hoja ancha”, siempre que sean necesarios (Nov.-Feb)
Fertilización Nitrogenada (50 UF, Oct.-Nov.)
Siega química en bandas (Marzo)
Vigilar la presencia de malas hierbas de difícil control (malvas)
Cubiertas Vegetales en Olivar – Asociación Española Agricultura de Conservación / Suelos Vivos
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3.2. De gramíneas
Cubierta vegetal sembrada de gramíneas (cebada, ballico, bromo, otras)
Este tipo de cubierta es una alternativa a las de vegetación natural o espontánea.
Consiste en sembrar una o varias especies de gramíneas. La operación de siembra se
realiza con sembradoras diversas, o incluso con “abonadoras” de tipo centrífuga o a
mano. El precio de la semilla, si bien variable, en muchos casos puede resultar
económico.
Se recomiendan particularmente para olivares cuyos suelos hayan sido previamente
manejados en no- laboreo o bien que estén muy erosionados. En ambas situaciones el
banco de semillas suele ser pobre en especies y en densidad de semillas en general.
Además, suelen abundar las malas hierbas perennes, de frecuente desarrollo en
primavera-verano y en algunos casos de más difícil control.
Se pueden considerar los dos grupos siguientes,
a) Gramíneas cultivadas (avena, cebada, centeno).
Sus semillas suelen ser fáciles de conseguir a precios económicos (no certificadas).
La siembra se puede realizar con sembradoras, “abonadoras” de tipo centrífuga o a
mano, según la disponibilidad de maquinaria. En el caso de no utilizar sembradoras
con frecuencia será necesario dar un pase con alguna rastra o reja muy superficial
para el enterrado de las semillas (lo que no es posible en parcelas con pendiente muy
pronunciada, por ejemplo de más de 15- 20% de pendiente). La dosis orientativa de
semilla es de 100-110 kg por hectárea de cubierta vegetal (50-55 kg por ha de
terreno).
b) Gramíneas espontáneas (ballico, cebadillas, bromo, etc.)
En este tipo de cubierta se utilizan semillas de gramíneas espontáneas (malas hierbas/
malezas) cuya comercialización todavía al menos no está muy extendida. La
excepción a este respecto es el ballico, que suele sembrarse a 15 kg por hectárea de
cubierta (7.5 kg por hectárea de terreno).
Las gramíneas espontáneas como cubierta tiene ventajas muy importantes: a) se pueden
usar como inicio de sistema de cubiertas; b) no necesitan el enterrado de la semilla, con
lo que se pueden emplearse en suelos con pendiente pronunciada (> 15-20%); c) en
años posteriores puede llegar a “autosembrarse” (formación de la banda de semillado
mediante siega química de solo la banda central o lateral)
Cubiertas de gramíneas sembradas)
PUNTOS CLAVE
Operación de siembra (Septiembre)
Fertilización Nitrogenada (50 UF, Oct.-Nov.)
Siega química (Marzo)
Vigilar la presencia de malas hierbas de difícil control (malvas)

Cubiertas vegetales de leguminosas sembradas (vezas, tréboles, altramuces,
otras)
Se tiene poca experiencia de la adaptación de este tipo de cubiertas al olivar.
Potencialmente son una alternativa muy interesante debido a su capacidad de fijación de
nitrógeno atmosférico, y ahorro consiguiente de abono nitrogenado. No obstante, en
términos generales se consideran poco idóneas, debido fundamentalmente a la rápida
descomposición de sus restos vegetales, lo que resulta en un bajo y corto efecto de
protección del suelo. Un caso particular entre las cubiertas vegetales de leguminosas son
las de altramuz, especies adaptada a suelos ácidos (frecuentes en algunas zonas de la
provincia de Huelva) y cuyos restos vegetales son más persistentes que los de otras
leguminosas.
Por otra parte, en las cubiertas de leguminosas el control herbicida de malezas es más
difícil y costoso de llevar a cabo que en las de gramíneas. Sin embargo, la siega
mecánica se lleva a cabo con eficiencia en cubiertas de leguminosas, sobre todo con
especies con poca capacidad de rebrote como la veza, y siempre que las siegas sean
muy tardías (después de marzo y con la planta en floración).
Las cubiertas de leguminosas pueden tener su interés en olivares orgánicos (“ecológico”,
en los que no se usan herbicidas ni fertilizantes de síntesis) y son pues necesariamente
manejados con desbrozadora. En ningún caso se deben de incorporar los restos
vegetales al suelo con una labor.
3.3. De malezas e inertes
De malas hierbas sin manejo especifico
Consiste simplemente en dejar crecer la vegetación espontánea (malas hierbas) entre las
hileras de árboles y no controlarlas mediante siega química o mecánica hasta mediados
de marzo. La ventaja de esta cubierta es el ahorro en determinados costes, a saber: a)
semilla de siembra; b) operación de siembra; y c) tratamiento herbicida selectivo. Una de
sus desventajas radica en que las especies vegetales que la componen con frecuencia
son muy diversas (distintos hábitos de crecimiento, variable sensibilidad a los
herbicidas). Por lo anterior, su siega química normalmente requerirá dosis mayores de
herbicidas que las cubiertas sembradas o seleccionadas.
En principio este tipo de cubierta puede resultar atractivo y de hecho puede ser una
alternativa para áreas de agricultura orgánica (en las que no se usan herbicidas ni
fertilizantes de síntesis). No obstante, todavía al menos, no se aconseja, dado que aun
se tiene poca experiencia en su manejo, y sí se conoce que presenta las siguientes
desventajas, a saber:
- Rápida descomposición de sus restos vegetales, con una baja/ muy baja protección
del suelo
- En el caso de que se use la siega química, se necesitarán dosis más altas de
herbicidas que las usadas para las cubiertas de gramíneas, con el consiguiente mayor
coste económico.
- En el caso de que se use la siega mecánica con desbrozadora, la vegetación puede
evolucionar hacia especies perennes, de fácil rebrote y rastreras; todas ellas de difícil
control con desbrozadora.

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